El amor en los tiempos de las redes sociales: satisfacción básica, poco honesta e individualista
El uso de las nuevas tecnologías fomenta el individualismo,
incluso en las relaciones interpersonales. Hoy, por ejemplo, quienes tienen más
de 30 años no cuentan con un compañero sentimental estable o han pasado por un
divorcio, buscan un compañero por medio de aplicaciones como Tinder, con el
único objetivo de satisfacer necesidades inmediatas, principalmente de tipo
sexual, detalló Rolando Díaz
Loving, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM.
En un comunicado de la máxima casa de estudios, el
especialista destacó que las nuevas tecnologías han apresurado el proceso de
relacionarse, pues los usuarios empiezan en la etapa de “ya vamos a ser
pareja”, y si se parte de ahí es difícil establecer un vínculo a largo plazo.
“Visto de esta forma, el concepto de amor romántico y
cortesano, para toda la vida, ha cambiado a uno más comercial: elijo a alguien
mientras me sirve, pero en el momento que ya no cumple mis propósitos busco
alguien más”, aseguró el académico.
Si no se pretende un compromiso, sino una conexión de corto
plazo, las aplicaciones para contactar a alguien sin otro objetivo que platicar
o concretar encuentros, son el modo adecuado.
“La ventaja de usar aplicaciones es que de manera rápida se
logra acceso a un menú amplio de candidatos; los contras son que este menú
lleva a buscar pareja como si se eligiera ropa, y al final la idea de
usar-deshacer impacta en la manera en que se inicia una relación”, advirtió. Además, resaltó Díaz Loving, muchas veces la gente no sabe
qué ofrecer ni qué pedir.
“En un sondeo que hicimos entre usuarios observamos que
demandan honestidad, pero éste no es el medio más honesto, no es un espacio en
donde se diga realmente quiénes somos. Entonces, cuando se concreta una cita
hay desencuentros porque los involucrados van con expectativas que no se
cumplen”.
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