En México, dos y medio millones de jóvenes tienen problemas de depresión
En México, el número de jóvenes entre 12 y 24 años con
depresión es de aproximadamente 2.5 millones, y 9.9 de cada 100 mil ha
tenido ideas suicidas, afirmaron especialistas de la UNAM.
Por estas cifras, ambos trastornos son ya un problema de
salud pública que afecta con mayor frecuencia a las mujeres, alertó José Javier
Mendoza Velásquez, coordinador de Investigación del Departamento de Psiquiatría
y Salud Mental, de la Facultad de Medicina.
Explicó que la mitad de las enfermedades mentales comienzan
antes de los 14 años, y en la mayoría de los casos no son detectadas ni
tratadas.
En la actualidad, además, sus dificultades van más allá de
la vida real, pues en el contexto virtual muchos de ellos experimentan el
ciberacoso ya que a través de las redes sociales se ven agredidos con
publicaciones ofensivas o humillantes.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se
conmemora este 10 de octubre, Silvia Ortiz, jefa del mismo Departamento,
comentó que desde hace tiempo la Organización Mundial de la Salud invita a
reconocer la importancia de crear resiliencia mental desde edades tempranas
para hacer frente a los retos del mundo moderno.
Claudia Fouilloux Morales, coordinadora de Enseñanza de la
misma instancia, resaltó que a veces los afectados tardan hasta 14 años en
recibir atención médica, y ese retraso los conduce a un futuro incierto.
Claves para la detección temprana
Los expertos precisaron que una de las estrategias para
favorecer la autoestima y resiliencia en los jóvenes es enseñarles desde
pequeños a resolver problemas y fomentarles hábitos saludables como hacer
ejercicio, alimentarse bien y dormir lo suficiente.
Ortiz subrayó que aunque en la adolescencia se presentan
cambios de humor que van de la tristeza al enojo en poco tiempo, una clave para
detectar en ellos un problema más serio es que pasen hasta dos semanas
deprimidos o muy tristes.
“Otros signos de alerta son que presenten problemas en sus
relaciones interpersonales, se aíslen, tengan ideas pesimistas y persistentes”,
detalló en conferencia.
Además, pueden comer y dormir mal, enfrascarse en
actividades nocturnas y al día siguiente tener somnolencia, o dormir demasiado
y comer compulsivamente.
“Un adolescente sano siempre querrá estar en grupo y
externar sus necesidades, pero si está deprimido no lo hará”.
Fouillox añadió que en los hombres es más complicado
detectar estos problemas, pues para ellos es difícil manifestar sus emociones,
y cuando piden ayuda la situación puede ser grave.
Los padres de hijos adolescentes deben estar tan pendientes
de ellos como lo estuvieron en su infancia porque es un periodo en el que se
debe reforzar su salud mental, enfatizó Mendoza Velásquez.
Reconoció que las instituciones son insuficientes para crear
consciencia sobre estos problemas, por lo que es necesario reforzar la
prevención, promover la salud mental y atender en familia las necesidades de los
jóvenes.
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